Receta de gambas al ajillo
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¿Cómo preparar unas gambas al ajillo?
La Box a Tapas te presenta una de las recetas de tapas más famosas de la gastronomía española tradicional: las gambas al ajillo. Una tapa rápida y muy fácil de preparar, pero no menos deliciosa por ello.
Esta tapa generalmente se acompaña de un buen pan para mojar en ese aceite impregnado del sabor de las gambas y el ajo. Un trozo de pan, algunas gambas y un poco de ajo, para una de las tapas más sabrosas.
Ingredientes:
- Aceite de oliva virgen extra
- 250 gramos de gambas pequeñas crudas
- Un pequeño chile de cayena
- Sal y pimienta
Generalmente, esta tapa se presenta con las gambas ya peladas, aunque en algunas ocasiones es posible encontrar presentaciones diferentes, con la gamba pelada excepto la cabeza. De esta manera, se obtiene un poco más de sabor, aunque puede ser más incómodo al comer. Las gambas al ajillo son una tapa muy común en los bares y restaurantes españoles, como aperitivo o incluso como plato principal.
El secreto de esta receta reside en la calidad de los ingredientes, se puede realizar con gambas frescas o con gambas congeladas de calidad. También debes usar aceite de oliva virgen extra, ajo y, por supuesto, un chile de cayena.
Esta receta, que te llevará menos de 10 minutos de preparación, triunfará en tus aperitivos, y tu familia o tus invitados la adorarán, ¡seguro te pedirán más!
Preparación de las gambas al ajillo:
En un recipiente de barro (o en una sartén pequeña), pon el aceite de oliva virgen extra y caliéntalo. Pela los dientes de ajo y córtalos en rodajas finas o pásalos por un prensador de ajos si tienes uno. Ahora debes dorar el ajo y el chile de cayena en el aceite caliente, pero ten cuidado de no quemar el ajo (el aceite debe estar caliente, pero no demasiado, para que el ajo se dore poco a poco).
Cuando el ajo empiece a dorarse, puedes retirar el chile de cayena y debes agregar las gambas (previamente salpimentadas al gusto) sin demora. Cuando el aceite comience a cambiar de color suavemente, no te preocupes, es la gamba que está liberando su jugo y sus aromas, y con la temperatura todo se emulsiona.
Cuando las gambas empiecen a cambiar de color y adquieran un tono rojizo (2-3 minutos), puedes retirarlas del fuego y servir. Ten cuidado, el aceite está muy caliente.
Solo te queda disfrutar de la degustación. Para ello, acompaña esta tapa con un buen pan (para mojar) y un buen vino blanco fresco.
Consejos para un resultado perfecto:
El picante del chile de cayena combina muy bien con la receta, pero si no te gusta, puedes perfectamente no utilizarlo. El ajo en sí tiene un toque picante.
Si eres un purista de la gastronomía ibérica, deberás retirar el intestino (el hilo negro que se encuentra en el centro de la gamba). Para quitarlo, puedes ayudarte de un palillo o la punta de un cuchillo. El objetivo es pinchar el extremo del intestino que es visible y tirar de él hasta extraerlo completamente.
Asegúrate de escurrir bien las gambas antes de cocinarlas, ya que el exceso de agua es perjudicial para esta receta.
Cuidado de no dejar los dientes de ajo en el fuego demasiado tiempo antes de agregar las gambas, o acabarán quemándose.
Si preparas esta receta en una sartén de hierro, intenta servirlas en un recipiente de barro, como lo dicta la tradición.